jueves, 20 de septiembre de 2012

1955 Fusiladora - 1976 La Noche de los Lápices


 @NeiraClaudia nos trae la reflexión en torno a un nuevo 16 de septiembre. Intentando procesar las angustias de un pueblo que va pariendo un camino de luchas y resitencias.




El 16 de septiembre de 1955 una Argentina que por fin recorría el camino de su pueblo, que construía dignidad y justicia social, recibió un golpe implacable de quienes jamás se resignan a que los humildes puedan levantar la cabeza y apoderarse de lo que les corresponde. Ese día terrible se tabicó  el avance de un pueblo que construía su historia.

 Creyeron que bastaba con derrocar a Perón para que la Argentina vuelva a ser la de antes. Sin embargo el movimiento nacional y popular superó esa prueba, se sostuvo  con dificultades y siguió en pie, pasó épocas de resistencia y de avance pero sobrevivió en el aguinaldo, en la dignidad de las vacaciones, en el voto femenino, en la organización de los trabajadores…Y por sobre todas las cosas en el deseo de ser un país un poco más parecido a las mayorías tantas veces silenciadas.

Muchos años después, cientos de chicos y chicas estuvieron, por estos días,  recordando un hecho que ocurrió hace 36 años, Otro 16 de septiembre, de 1976.

Muchos tienen  entre 14 y 18 años, como los diez estudiantes secuestrados en esa noche siniestra.  Como ellos, pelean por el boleto estudiantil y participan en sus centros de estudiantes. También, como ellos, se sienten parte de la historia y la motorizan con una política que se hace carne en ellos casi sin que lo adviertan.

El 2001 es para muchos de ellos casi tan lejano como ese 16 de septiembre de 1976. Los 90, más lejanos aún, son una época que  -social y culturalmente- es ajena a la realidad que hoy viven,  Aunque se asome de vez en cuando, queriendo volver…golpeando cacerolas y gritando, pero sólo por un rato, porque la política no es parte de esas vidas: El colegio es para estudiar, el trabajo para trabajar y un día, un rato, nos juntamos a protestar.

En cambio, estos pibes y pibas movilizados desde diferentes identidades, ya entendieron que la política es parte de la vida, porque un país distinto se debe construir en cada ámbito: en el trabajo, en la universidad, en la casa, en la escuela, en el barrio, en las organizaciones en las que militan…

Para algunos, el puente con la política es el kirchnerismo, Para otros, otros tantos diferentes espacios que encontraron para luchar por sus ideas. Para todos ellos, los que militan y los que  se sienten interpelados por lo que pasa, la política es parte de su vida, pese a que una parte de la democracia se les cierre, a la hora de ir a votar.

Está claro que existe un hilo conductor entre esos dos oscuros días de nuestra historia: el odio de aquellos que en nombre de la República, de la defensa de una forma de vivir que supieron construir a su medida y no están dispuestos a cambiar, son capaces de los peores atropellos y la dignidad de un pueblo que se niega a resignar el sueño de un país más justo.

Es por esa dignidad, por ese sueño que por momentos parece estar más cercano y por momentos parece alejarse para no volver, que vale la pena entregar todo el esfuerzo de cada hora y cada día.  Muchos jóvenes lo entendieron y eso nos da esperanzas.

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