jueves, 17 de marzo de 2016

La Gran Deuda: La “Bala de Plata” de Cambiemos


Desde el primer empréstito con la Corona Británica en 1824, a través de la Baring Brothers y las negociaciones con el entonces Presidente de la Argentina, Bernardino Rivadavia, las políticas de endeudamiento estuvieron asociadas fuertemente a los roles que las economías centrales del mundo se asignaban respecto de la división internacional del trabajo. Las economías poderosas utilizaron el mecanismo del endeudamiento como factor decisivo para determinar el modo de crecimiento y desarrollo de las economías emergentes.

La capacidad de financiamiento se transformó en herramienta de la geopolítica para dividir el mundo en países industrializados, y economías dependientes exportadoras de materias primas. Nuestro país fue un ejemplo palpable de la dominación británica primero, y luego norteamericana, en el reparto de la dominación internacional. Los gobiernos, empresarios y el complejo agro exportador compusieron un relato hegemónico, mediante el cual formar parte del mundo implicaba entregar la soberanía en pos de las migajas del capital internacional que llovería a nuestras pampas.

Desde la orilla opuesta a ese proyecto de dependencia surge el peronismo. Fue Perón quien logró plantar a la Argentina en un lugar soberano e impedir que el capital trasnacional siga llenando sus arcas con el esfuerzo del pueblo argentino. El peronismo se transformó así en  un obstáculo para el proyecto imperial de los países poderosos.

Pero por entonces, todavía no había llegado lo peor en materia de endeudamiento. Mientras en 1824 los empréstitos intentaban justificarse en el interés nacional de realizar puertos, ciudades y obras de infraestructura; hacia finales del siglo XX la deuda sólo formaba parte de la estrategia de construir más deuda, pagando intereses de una deuda usuraria de imposible cumplimiento, una deuda que -no casualmente- tuvo un marcado aceleramiento a partir del régimen liberal implantado por la dictadura militar de 1976.

Así, los condicionamientos externos no detenían su marcha, y las recetas del FMI y sus tecnócratas aconsejaban achicamientos del gasto público y flexibilización laboral para combatir el poder de la clase trabajadora y someter al país a los arbitrios del sistema financiero internacional.

Sin embargo, cuando el rumbo parecía definitivamente perdido, Néstor Kirchner sacó a la Argentina de este camino de ignominia, llevando adelante una política sistemática y consciente para desprenderse de la herramienta de sometimiento que durante 200 años de historia condicionó nuestro desarrollo y nuestras potencialidades. El pago soberano de la deuda externa, a partir de una quita de capital a los acreedores y el pago al contado con reservas fue la política que permitió desanclar las expectativas del orden financiero internacional en nuestro país, y comenzar un camino de producción, equidad y desarrollo en Argentina.

Las reestructuraciones de deuda de 2005 y de 2010 lograron encauzar los compromisos del Estado Nacional contraídos en los años 90’ y comienzos de 2000, compatibilizando deuda con ingresos y posibilidades de pago. De esta manera se logró una quita mayor al 65 % con un nivel de aceptación de 92, 4 % de los acreedores.

Dentro del saldo restante se encuentran los ya conocidos “Fondos Buitres”, operadores financieros internaciones que compran títulos de deuda defaulteada para maximizar sus ganancias mediante acciones judiciales. Estos tenedores de bonos, litigantes profesionales, bloquearon el pago de los servicios de deuda en 2014 con la venia del Juez Griesa. Es decir, el 1 % de los bonistas impidió que se le abonara según lo pactado a los tenedores que habían aceptado la reestructuración (el 92%).

Actualmente, el Congreso de la Nación está por dictaminar la habilitación para que el Gobierno de Mauricio Macri cierre un acuerdo con los buitres apresurado y desventajoso.

Con el acuerdo propuesto se le reconoce a los buitres el 75% del valor nominal de sus bonos (que compraron de remate, a sabiendas de la imposibilidad de pago) con ganancias superiores al 1500 %. El monto para los cuatro fondos involucrados es de U$ 4.653 MM. La Nación debería emitir bonos por U$ 15 mil millones para enfrentar en el corto plazo los compromisos de deuda.

Sin embargo, este arreglo alcanza solo al 85 % de los holdouts, por lo tanto, el caso no estaría cerrado y hay posibilidades de que los acreedores que no acordaron (el 15% de los Fondos Buitres que todavía no aceptó la oferta), o peor aún, los que aceptaron la restructuración de 2005 y 2010 – muy por debajo de la oferta actual de Cambiemos - comiencen a accionar bajo los mismos preceptos que los buitres.

Están claras las dificultades para arribar a un acuerdo beneficioso, debido a los insostenibles reveses judiciales que hemos enfrentado y a la política desplegada por algunos acreedores, pero este acuerdo nos coloca en peores condiciones de las que estamos actualmente respecto de la deuda. Un acuerdo razonable requiere atención y tiempo para la necesaria discriminación de casos, naturaleza de los fondos y del derecho, de la existencia o no de sentencias y de los recaudos más elementales frente a futuros reclamos. El apuro en negociación siempre es negativo. Más aún cuando se lo expone como un valor frente a los acreedores, poniendo sobre la mesa de negociación “a priori”  la “voluntad de acordar”.

Párrafo aparte merece la figura del principal beneficiado por el gobierno de Mauricio Macri. Paul Singer, dueño del fondo NML Eliott ha logrado obtener del gobierno argentino lo que nunca se hubiera imaginado en cuanto a “extras” como por el ejemplo, el pago de los honorarios de abogados (y lobbystas) que accionaron contra nuestro país  y montaron campañas millonarias para desacreditarlo que van desde el escandaloso (y fallido) embargo de la fragata Libertad (ordenada su construcción en 1953 con el nombre de Eva Peron) hasta los sugerentes vínculos de Singer con organizaciones que instituyeron el premio internacional (?) “Alberto Nisman” a la “lucha por la verdad”.

Financista del ala más dura del Partido Republicano, promotor en Estados Unidos de los intereses belicistas de sectores de la derecha israelí, Paul Singer no debe ser tomado, aun siéndolo, simplemente como un típico emergente del anarcocapitalismo mundial surgido de la desregulación conservadora de los 80 y 90s. Debemos considerarlo como un actor político concreto, sobre el que tendremos mucho por conocer e investigar y sobre el cual la lucha por la soberanía nacional toma un significado y una dinámica absolutamente nueva.

Por otra parte, el Estado Nacional se propone emitir bonos por U$ 15 mil millones –suma inexplicablemente mayor al acuerdo planteado- supuestamente para los compromisos de deuda. El endeudamiento, así planteado, carece de justificación y de relación con el acuerdo. Es preciso definirlo y limitarlo. Siempre en un marco de solución inclusiva de todos los acreedores: “los buitres” que siguen por fuera del acuerdo y el 92,4%  restante.

Entendemos que es necesario acordar con los deudores y resolver este conflicto. Ahora bien, las condiciones establecidas definen qué tipo de Nación estamos dispuestos a construir. 

Por otra parte,  se pretende sostener que el acuerdo posibilitaría atraer millonarias inversiones y reducir el costo de endeudamiento futuro. De estos dos factores no hay certidumbre, es más, frente al ciclo económico vigente, difícilmente se presenten nuevas inversiones con un mercado interno deprimido y en un contexto económico internacional en crisis desde 2008.

Para la Alianza Cambiemos, el acuerdo es fundamental para su política económica. Sin acuerdo no tienen rumbo, esta es su “bala de Plata”. Sin deuda no hay política económica neo-liberal.

Por ello comprendemos que este acuerdo no es más que retomar la senda del endeudamiento irrestricto. Los pasos son conocidos. Endeudamiento externo que trae nuevos aires de corto plazo pero que en mediano término es preciso devolver. Para ello es necesario tener recursos a disposición, que se generan con mayores ingresos o menos gastos. O bien, nuevamente tomar deuda para refinanciarse.

Con lo cual, Argentina vuelve a generar deuda para pagar la actual con nuevos intereses, nuevas comisiones para estos bancos intermediarios y posiblemente nuevos conflictos a futuro que estos nuevos –o no tan nuevos - acreedores puedan ocasionarle al país.

En definitiva, salir al mercado de deuda, sin un plan económico consolidado, no es más que retomar directamente la política económica liberal de dependencia. Con ella se favorecen los sectores dominantes, el mercado financiero local y extranjero. Indudablemente, se perjudica a la mayor parte de la población y se restringe el crecimiento genuino con inclusión social.


Nuestro país, a pesar del esfuerzo descomunal que gestó en estos últimos años se encuentra próximo a reabrir un nuevo capítulo en la triste historia del endeudamiento y del sometimiento internacional. Porque en el fondo no se trata sólo del pago y el arreglo con los fondos buitres; sino que se pretende poner en pie una mirada particular de la economía, una economía que se pone al servicio del capital y de sus intereses. Nosotros creemos que es la economía la que debe servir al hombre, no a la inversa. El rumbo de nuestra economía sigue en disputa. El camino que recorreremos los próximos años como Nación, también.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Notas de ayer y de hoy. Paquete económico Cambiemos

“La lógica de este anuncio es que nosotros retiramos las trabas para que ustedes los trabajadores, los microemprendedores, los creativos, los docentes, hagan lo que tienen que hacer sin que haya un Estado que les esté diciendo: ‘usted puede hacer esto, usted puede hacer lo otro’”.

“La idea es que se pueda importar y exportar libremente”.

Alfonso Prat Gay, 16/12/2015





En esta semana ya se han tomado varias de las medidas económicas anunciadas por Mauricio Macri en su campaña presidencial. No nos tienen que extrañar ni sorprender porque los ejes son básicamente todos aquellos que tenían como bandera: baja de retenciones, devaluación, flexibilidad para la compra venta de dólares entre otras cosas.

Para desandar un poco la cuestión, es preciso dar un breve diagnóstico. La economía argentina viene desde 2011 presentando signos de estancamiento. Esto se explica en parte por la crisis internacional y por la caída de los precios de los commoditties (mercancía genérica, principal fuente de divisa de nuestra economía) lo que trae aparejado la restricción externa, es decir falta de dólares para darle mayor empuje a la economía y sobre todo al proceso de industrialización.

En este contexto, el gobierno kirchnerista tomó diversas medidas para que el mercado interno sostuviera el desarrollo y a su vez mantuviera las fuentes de trabajo. Esto se logró efectivamente con una batería de instrumentos: subsidios, promociones, plan progresar, procrear, ahora 12, etc. A esto se le suma las paritarias abiertas que permitieron mejorar el salario real de los argentinos y con ello su poder de compra.

Todo ello generó efectivamente que la economía creciera levemente y que se sostuviera la demanda. Mientras tanto se continuó con el proceso de desendeudamiento que implica en concreto mayor grado de decisión política y económica.

Frente a esta situación hubo una variable que se fue agravando gradualmente: las reservas de dólares. Los dólares sirven para comprar productos en el exterior, tanto para industrializarse como para consumo de sus habitantes, que por cierto es cada vez mayor por incremento del salario real. Tener una reserva holgada permite también controlar la moneda, pero por sobre todo es una herramienta para responder a los embates de desestabilización social.

Así, la política industrial se vio disminuida y al mismo tiempo fue necesario imponer restricciones al acceso de dólares, para contener la fuga de divisas, para mantener la tasa de cambio y para administrar las prioridades en su uso.

Ahora bien, el gobierno macrista, con el control de la economía bajo el dominio de Prat Gay (el Presidente ya no define la política económica) comprende que es el capital quien debe recibir los beneficios de la economía. En consecuencia, toma medidas para que las fracciones dominantes (por el momento el agro y el poder financiero), como aliados de sus fuerzas, vuelvan a retomar su estado de privilegio y de poder histórico.

De esta manera, los anuncios no hicieron más que confirmar los acuerdos con sus socios. Sacar las retenciones y devaluar para que los exportadores (el agro) vuelvan a obtener ingresos extraordinarios. Flexibilizar el mercado cambiario para que ingresen nuevamente los capitales especuladores, el poder financiero.

Nuevamente, como tantas otras en la historia argentina, la devaluación genera una distribución asimétrica de la riqueza. Los exportadores y el capital financiero amplían claramente sus arcas mientras que los trabajadores ven retroceder sus salarios frente al aumento de precios.

En concreto, el paquete iría en este camino: endeudamiento externo que permite ingreso importante de divisas. Todo ello bajo un condicionamiento interpuesto por los nuevos acreedores externos. Libre importación, libre ingreso de capitales y compra casi ilimitada de dólares (U$ 2 MM/mensual!). Por supuesto, estos condicionamientos son acompañados ideológicamente por la ortodoxia económica que representa en este caso Prat Gay.

En el corto plazo, el endeudamiento, la liquidación de cereales y el ingreso de capital externo van a mejorar notoriamente las reservas. Asimismo, el retroceso de las importaciones, producto del aumento del dólar, acrecentará el saldo comercial y así habrá mayor disponibilidad de dólares.

Contrariamente, el desplome del salario real va a generar caída del consumo y en definitiva de la economía en general. Se van a demandar menos bienes de capital importados y el mercado interno se vería resentido.

Dada la apertura comercial, el ingreso de bienes de consumo importados a bajo precio va a pegar fuertemente sobre las Pymes y el empresariado local por no poder competir con baratijas del exterior. En este contexto, aumentaría la desocupación, con ello el nivel de los salarios, y así se reduciría la inflación.

En definitiva, el actual gobierno con siete días en la espalda busca controlar la tasa de cambio, el nivel de reservas  y la inflación a cambio del bienestar del pueblo argentino. Ahora bien, este trueque no es gratuito. El conflicto social tarde o temprano llega (hoy con un “colchón” para sostenerse en el mediano plazo) y así  los capitales externos que entraron libremente se irán rápidamente a dejar sus fondos en los países centrales. La fuga de dólares se va incrementar, colas para comprar rúcula y el tipo de cambio se va a disparar. Historia conocida, no?

Queremos dejar un halo de esperanza. Nos queda la expectativa de que el actual gobierno ponga gran parte del endeudamiento en el desarrollo productivo. Eso compensaría la balanza y se vería reflejado en crecimiento económico-industrial. Así las fuentes de trabajo se podrían sostener y en consecuencia se mantendría el nivel de vida. Igualmente, las fracciones dominantes serían los grandes beneficiados de este proceso en detrimento del bienestar del bloque popular.


Esperamos que en unos años esta nota haya errado en su pronóstico. Sea como sea, debemos enfrentar lo que viene con responsabilidad y con propuestas superadoras que tomen en cuenta todo lo aprendido durante 12 años de gobierno y lo que maduraremos siendo oposición. Además tendremos el apoyo del sector popular. Para empezar a volver no es poco. 



Equipo Económico 20/21

sábado, 18 de octubre de 2014

Buitres: Una batalla más por la Independencia inconclusa.


Desde los inicios de nuestra Gran Nación Latinoamericana, los Movimientos Nacionales y Populares promovieron un proyecto de Nación que combina industria nacional con justicia social. En ese sentido, comprendemos que el único camino para la prosperidad y felicidad de nuestro pueblo son las chimeneas de las fábricas funcionando, el salario digno, la ciencia y la tecnología.

Por otra parte, a lo largo de nuestra historia, las distintas expresiones del proyecto oligárquico anti-popular han planeado un país agro-exportador para pocos y subordinado al juego de las grandes potencias del hemisferio norte. Para ello, han endeudado sistemáticamente al país a fin de que sea el esfuerzo del todo el pueblo el que pague las divisas que sectores concentrados no están dispuestas a aportar.

Sin embargo, esta lógica sostenida tanto por gobiernos civiles, como militares tuvo sus excepciones: Juan Domingo Perón, primero y Néstor y Cristina, después. Ellos, al comprender el carácter perverso del recurrente endeudamiento del país, fueron los únicos que propusieron, seriamente, procesos de desendeudamiento y soberanía política y económica.

Así fue que, desde 2003 se recuperaron las banderas de la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social, como principios fundamentales para sostener un horizonte de crecimiento y desarrollo para nuestro Pueblo. Ello fue posible gracias a la decisión de Néstor Kirchner de no someter al País a los designios de los acreedores externos, al definir con claridad que "los muertos no pagan”.

Con esta voluntad, obtuvo una reestructuración de la deuda soberana que implicó una quita del 65% al acordar con el 92% de los tenedores privados de bonos argentinos, la más grande obtenida en los procesos de reestructuración de deuda soberana.

Nuestro País, así como otros países hermanos de la Patria Grande han comprendido que estos procesos de endeudamiento no obedecían únicamente a necesidades económicas de nuestros países sino también a un mecanismo de dominación política.

En este contexto, debemos analizar el conflicto que llevamos adelante contra los Fondos Buitres, quienes no solo tienen intereses de obtener dividendos económicos sino que son portadores fundamentalmente de objetivos políticos.

No es casualidad entonces que los "buitres internos" asuman las posiciones de los buitres de afuera. Extrañan quizás los tiempos en que nos encontrábamos de rodillas.
  
Cualquier proyecto político, que en cualquier lugar del mundo persista en la osadía de dirigir sus políticas económicas en función de los intereses y felicidad de Pueblo, es visto por los poderes imperialistas como un obstáculo que debe ser atacado y desprestigiado a fin de generar miedo y zozobra.

Frente a ello, debemos mantenernos más unidos que nunca, "con la cabeza fría y el corazón caliente" para seguir sosteniendo y defendiendo nuestra Patria.

Estamos convencidos que esta pelea contra los buitres es una más de las tantas batallas por nuestra independencia inconclusa. Y este conflicto es crucial, porque se está dirimiendo la posibilidad de seguir conquistando derechos para el Pueblo.

En este momento de nuestra historia, nuestro compromiso de militantes nos coloca en esta disputa en un lugar irrenunciable de defensa de los intereses de nuestra Patria bajo el liderazgo de nuestra compañera Cristina.

Asumir una discusión de primera línea contra los núcleos de poder concentrados que expresan lo peor de los Mercados financieros especulativos es levantar el estandarte de la dignidad y soberanía de nuestra Patria Grande, enfrentando el proyecto de hambre y sometimiento que una minoría pretende imponer para toda la humanidad.

Hoy, como tantas otras veces, la opción es: Liberación o Dependencia.

Al Pasado no volvemos, el Futuro ya está en marcha


viernes, 24 de enero de 2014

Seguridad, Espacio Público y Marketing en la gestión del PRO

Por Claudia Neira

El macrismo es estética pura, no hay lugar en él para la complejidad, para las soluciones difíciles. El Gobierno de Mauricio Macri no nació para resolver problemáticas como la vivienda, el trabajo, la salud o la educación, pero tiene, indudablemente, una activa política en materia de Uso y Ordenamiento del Espacio Público.

Esta definición de prioridades del Gobierno PRO se enmarca en el libreto del DuranBarbismo que constituye la matriz del modelo de Ciudad Macrista. La política para el uso y ordenamiento del espacio público define una determinada visión de las relaciones en comunidad, de la forma en que cada persona se desarrolla como ciudadano, en un marco que indefectiblemente lo relaciona con otros.

No es pues casual que esta política tenga amplias similitudes, por ejemplo, con la gestión de Rudolph Giuliani en la Ciudad de Nueva York donde las promesas de seguridad tuvieron como eje la tolerancia cero en materia de infracciones al uso del espacio público, con persecución y represión a cuidacoches y limpliavidrios. 1

Del mismo modo, las acciones de gobierno del macrismo, si bien se presentan desde una mirada de embellecimiento de la vía pública, pasos peatonales, plazas y parques, se definen en una deliberada política de criminalización y persecución de la informalidad en el Espacio Público.

En este sentido, esta semana se publicó en los medios el Quinto Informe de conflictividad que realiza el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, que contiene las estadísticas sobre delitos y contravenciones denunciados durante el año 2012. En el informe, el Fiscal General saliente, Germán Garavano, hace hincapié en la cantidad infracciones por venta ilegal callejera y cuidado de vehículos. Es decir, pone de relieve las contravenciones labradas con relación al ordenamiento del espacio público, aún cuando las mismas se redujeron en un 7% respecto del año anterior.

Lo cierto es que la cantidad de actas labradas poco de relevante agrega en la materia, ya que la estadística sólo refleja el nivel de persecución y nada dice de cuáles son hoy los nudos problemáticos en materia de uso del espacio público.

Por otra parte, el discurso de mano dura, sin matiz alguno, no permite discriminar entre quienes buscan “ganarse la vida” y quienes, en el marco de estructuras mafiosas, son parte de la problemática de la inseguridad.

Respecto de los primeros, es preciso abandonar el abordaje represivo. Quienes se ganan la vida en la vía pública no van a abandonar la misma, si el Estado no logra fomentar el empleo formal y ofrecerles una alternativa real para subsistir y desarrollarse.2 Es evidente que aquellos que ocupan la calle cuidando coches, vendiendo productos o quienes se encuentran en situación de prostitución no van a abandonarla sólo porque se les labre un acta.

En este sentido, es preciso que el Estado genere políticas inclusivas activas que permitan a quienes, por diversos motivos se encuentran en la informalidad, recuperar un proyecto de vida que les permita integrarse en la vida social. No importa cuán dura sea la mano del Estado, ya que cuando las personas a quienes se intenta disuadir no tienen opciones, no cumplirá con sus objetivos.

Muy diferente es el caso de las mafias que se adueñan del espacio de todos, no para desarrollar en la informalidad una actividad que tiene como objetivo ganarse el pan, sino para realizar delitos. Respecto de ellos, es necesario que el Estado termine con toda forma de connivencia y tenga verdadera voluntad política para perseguirlos.

La otra gran cuestión es el rol que el Macrismo le ha ido otorgando a la Policía Metropolitana que, poco a poco, se ha transformado en el brazo ejecutor de una política de seguridad que empieza y termina en la policialización del espacio público.

Mientras tanto, quienes deberían ser los encargados de ordenar el espacio público, es decir, los trabajadores del Cuerpo de Inspectores del Uso del Espacio Público, se encuentran, paradójicamente, realizando su labor en condiciones de alta precarización laboral. Es decir, que aquellos que deberían perseguir el trabajo informal se encuentran desarrollando su tarea bajo contratos precarios por parte del Estado de la Ciudad.

Es importante señalar además que menos del 1% de las actas que se labran por contravenciones relacionadas con el espacio público llegan a una sentencia condenatoria. Es decir, que se ponen en juego una enorme cantidad de recursos del Estado para procesar estas causas que finalmente no tienen resolución. Maquillaje y engaño a los vecinos. Discursos duros y soluciones nulas.

Los problemas de seguridad requieren de un enfoque integral y serio. No se solucionan creando enemigos vulnerables a acciones más espectaculares que realistas. No se resuelven gastando recursos judiciales en causas que no son más que papel. Es necesario que el Estado retome su rol de promotor de la justicia social, ampliando derechos y fomentando el empleo digno para que el espacio público se convierta en el lugar donde nos encontremos y se reconstruyan los lazos sociales. Es preciso, en fin, que construyamos un Estado que asuma la resolución de los verdaderos problemas de los Ciudadanos y que por fin adopte una política de seguridad que acompañe los esfuerzos que hace el Estado Nacional para que cada día la Ciudad sea más segura y para resolver los conflictos que el Gobierno Local decide ignorar.

1 Recordemos que en Nueva York no sólo fracasaron estas políticas, sino que hoy hay un gobierno que tiene un enfoque completamente opuesto a las políticas de tolerancia cero de Rudolph Giuliani.

2 Mientras a nivel Nacional los datos reflejan que la Tasa de Empleo No Registrado pasó de 49,1% en 2003 al 34% en 2011; en la Ciudad de Buenos Aires en el mismo período la variación fue de apenas 3% (del 30% al 27%). Si bien es preciso destacar que tanto a nivel a nacional como local, estas cifras siguen preocupando por su volumen, también es cierto que la escasa variación a nivel local demostraría una escasa  actividad gubernamental en  su rol de policía de trabajo.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Rezonificación del predio Plaza “1º de marzo de 1948” como espacio verde



El 1º de marzo de 1948, el Gobierno Nacional conducido por Juan D. Perón nacionaliza el servicio de Ferrocarriles en la Argentina. La Plaza que conmemora esa fecha se encuentra Ubicada en la comuna 12, Barrio Saavedra, entre las calles Ruis Huidobro, Miller, Quebracho, Valdenegro, Paroisien,  Valdenegro,  Flor del  Aire, Galván.

La plaza está dentro del conjunto  del  Barrio “ 1º de marzo-Pdte Roque Saenz Peña” . Este barrio y el “Juan Perón”,  que se construyeron simultáneamente en los terrenos que fueron la quinta de la familia Saavedra - junto con el Barrio” Albarellos” que se construyó en los ’50 en Villa Pueyrredón; son los representantes del estilo “chalet californiano” en la Ciudad de Buenos Aires. Estos barrios, inspirados en los suburbios estadounidenses, fueron la cara más tradicional de la política de vivienda del peronismo, proliferaron en diferentes localidades argentinas y pasaron a la posteridad como las clásicas “casitas peronistas”.
El Barrio “1° de Marzo” fue construido por la Municipalidad de Buenos Aires. Entre sus destinatarios estaban las personas desalojadas a causa del ensanche de la 9 de Julio y los miembros de algunos  sindicatos. El barrio, en el proyecto original, iba a tener una parte central con escuela, centro de salud, recreación, comercios e iglesia. Pero de ese equipamiento proyectado solamente se pudo construir la iglesia, y se dejó la parte central como un gran parque. Ahora, hay una cancha de fútbol, una de básquet y un centro recreativo.
Si bien, este espacio verde existe desde la construcción del barrio, finalmente el 7 de noviembre de 2013 fue re-zonificado como “Urbanización Parque”, lo que garantiza y asegura la continuidad del parque.

Se trata de una gran noticia para los vecinos de Saavedra que temían por la adjudicación de este predio a otros fines. El parque llegó para quedarse. ¡A disfrutrarlo!

viernes, 25 de octubre de 2013

Rudolph Giuliani, el "Amigo Americano" de Sergio Massa.



"Consideren un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se repara, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio, y si está abandonado, es posible que sea ocupado por ellos o que prendan fuegos adentro."

"Broken Windows" James Q. Wilson y George Kelling


Esta escena hipotética, por elemental que parezca, constituye la piedra fundamental del pensamiento reaccionario en materia de seguridad ciudadana. Fue planteada por primera vez en un artículo periodístico y luego tomada para ejemplificar quizá el eslogan más popular hasta el momento: la "tolerancia cero".

Con este eslogan se pretendió sintetizar el conjunto de medidas preventivas y represivas que habrían hecho posible una disminución drástica del delito en la ciudad de Nueva York, de la mano del mundialmente famoso ex-alcalde Rudolph Giuliani. Personaje controvertido del ala más conservadora del Partido Republicano, Giuliani se montó sobre el mito de su gestión como alcalde para fundar, años más tarde, su propia consultora en seguridad desde la cual hasta el día de hoy factura centenas de miles de dólares por visitar distintos países contándoles el "secreto de su éxito".

Como toda gira mundial medianamente decente, no podría faltar su escala argentina. Y así fue que, esponsoreado (pagado) por el candidato a diputado Sergio Massa, llegó a nuestras costas con su pequeño manual bajo el brazo.

¿Quién es "Rudy" Giuliani?

El abogado Rudolph William Louis Giuliani III, luego de una veloz y ascendente carrera como fiscal en distintas instancias de la Justicia norteamericana, se impuso en las elecciones de 1992 para alcalde de Nueva York. Asumió en medio de una situación financiera y social muy complicada luego más de una década de neoliberalismo puro y duro. Fue la década de las "reaganomics", las reformas económicas implementadas por Ronald Reagan que desregularían todos los mercados posibles y cuyas consecuencias fatídicas llegan hasta nuestros días.

Inmediatamente electo, se propuso comenzar a "arreglar las ventanas rotas" de aquel "edificio" de la teoría, como primer paso hacia la recuperación de "La Gran Manzana". Y debió encontrar que quienes las habían roto eran los "homeless" porque fue hacia ellos y no hacia otro peligroso sector del hampa que dirigió todas sus energías.

Simultáneamente, cumpliendo el manual del buen republicano, propuso reducir el gasto público con lo que consiguió coordinar distintas medidas con un mismo fin: "limpiar" las calles de vagabundos e indigentes. Así fue que, para reducir "costos", se negó a mantener abiertos y gratuitos los refugios estatales para "homeless", imponiendo requisitos como el de asistir obligatoriamente a entrevistas de trabajo para permitir su permanencia al resguardo de la nieve y el frio durante los duros meses del invierno neoyorquino. Si una persona eventualmente conseguía trabajo pero llegaba algún día tarde, se lo "sancionaba" con una prohibición de 60 días sin poder entrar a un refugio municipal; si reincidía, se duplicaba a 120, y así.

La explicación de los funcionarios de Giuliani al respecto de esta política contenía algunos conceptos que nos son bastante familiares a los porteños. Según ellos, se pretendía “acabar con una cultura de dependencia y reemplazarla por la motivación y  la independencia" y se estaba ayudando a los neoyorkinos sin techo a "encontrar un hogar permanente en el mercado privado".

Estas políticas hostiles a los más pobres, se combinaban con frecuentes denuncias de malos tratos y hasta asesinatos de los "sin techo". Incluso llegó a constituirse en su contra un movimiento nucleado en torno a los sacerdotes y pastores que, desde sus iglesias, ayudaban a los personas que vivían en la calle.

Finalmente, fue la justicia quien frenó esta ola de discriminación y violencia contra los homeless promovida desde el mismo Estado. Pero no transcurrió mucho tiempo hasta que un muy mediatizado caso de violencia torciera la opinión pública a favor de estas políticas. Una secretaria ejecutiva de veintisiete años, llamada Nicole Barrett, fue atacada en el centro de Manhattan por un hombre que, tras golpearla en la cabeza con un adoquín, escapó sin siquiera robarle. Con la víctima todavía inconsciente y hospitalizada, el mismo Giuliani salió a señalar la peligrosidad que habían demostrado los "homeless", muchos de los cuales serían violentos "enfermos mentales".

De nada sirvió que tiempo después se detuviera al sospechoso, quien lejos estaba de pertenecer a este grupo social y que la joven se recuperara poco tiempo después totalmente de las "terribles" y "permanentes" consecuencias del ataque. La opinión pública, manipulada mediante el miedo, se había volcado nuevamente a favor de las políticas del alcalde Giuliani.

Simultáneamente a la política de "limpieza" de "homeless" de las calles, se implementó otra gran estrategia de combate al delito organizada por este "Gurú" de la seguridad urbana. En esa oportunidad se enfrentó a un terrible flagelo, verdadero azote de las ciudades modernas: los limpiadores de vidrios.

Por esta vez dejemos que sea el mismo "Rudy" quien nos cuente su propia experiencia con la misma claridad con la que seguramente se dirigió a su nuevo alumno, Sergio Massa. En una de las páginas de su libro "Leadership", Giuliani describió su osadía:

"Yo sospechaba que expulsar a esos individuos era bastante fácil y produciría un efecto inmediato y cuantificable. Llamé al delegado de policía Bill Bratton, que compartía mi opinión de abordar delitos menores como una forma de establecer un comportamiento civilizado y obediente con la ley, además de dar una sensación de seguridad. Volvió al cabo de un par de días y me dijo que el Departamento de Policía afirmaba que era imposible deshacerse de los limpiacristales. El quería hacerlo, pero le habían explicado que mientras no amenazaran físicamente a los conductores o “exigieran” dinero, carecíamos de una base legal para expulsarlos o detenerlos si se negaban".
"Le dije (a Bratton) que olvidara el hecho de si pedían dinero o no. Cuando bajaban del cordón y pisaban la calle, ya habrían violado la ley. Podía multárseles a todos de inmediato. Después de entregarles la multa, podías investigar quiénes eran, si tenían antecedentes, etcétera".
"Empezamos a enviar citaciones a esos tipos y descubrimos que algunos ya estaban buscados por delitos violentos y contra la propiedad. En menos de un mes, pudimos reducir el problema de una forma drástica. Las cosas habían mejorado visiblemente. A los neoyorkinos les encantó y también a los visitantes, que traían dinero a la ciudad y proporcionaban empleos a sus habitantes. Ese fue nuestro primer éxito".
Como sagazmente sospechará el lector, los fundamentos del "éxito" de la "Tolerancia Cero" en la Ciudad de Nueva York son, como mínimo, dudosos. En el mismo período de tiempo, otras grandes ciudades de EEUU tuvieron iguales porcentajes de reducción del crimen sin aplicar medidas como las de Giuliani. Quizás los motivos haya que buscarlos en la impresionante mejora de las condiciones socioeconómicas de la "Era Clinton".

Rudy y su Gira Mágica y Misteriosa

Como argentinos orgullosos que somos, suponemos que si experiencias como la de los limpiavidrios fueron las compartidas por semejante Hombre de Estado, habrán sido varios los compatriotas que durante su exposición en Mar del Plata, salieron del auditorio raudos hacia las boleterías a pedir airosos el correspondiente reembolso... Pero lamentablemente también nos consta que Argentina aloja a una gran proporción de "logis" por Km2, que ostentan orgullosos colecciones enteras de buzones cero kilómetro.

Para no sentirnos tan horrorosamente especiales, sepamos que con anterioridad, "Rudy" también asesoró a Keiko Fujimori, candidata a la presidencia en la ultima elección e hija del ex presidente Peruano, "exiliado" en Japón desde que en Lima la Justicia lo espera con un hermoso traje a rayas y a medida.

También fue contratado por un conjunto de empresarios mexicanos liderados por el-hombre-mas-rico-del-mundo, Carlos Slim, quienes le pagaron a su consultora nada más ni nada menos que cuatro millones de dólares (un vuelto) para que les diga qué hacer con los temibles  limpiavidrios del Distrito Federal.

De la misma manera, aprovechando sus contactos en América del Sur, aquel ex Jefe de Policía de Transito de Giuliani, Bill Bratton, fue contratado por el Alcalde de Caracas Alfredo Antonio Peña para aplicar en su ciudad toda su experiencia. Lamentablemente Peña resultó ser otro exiliado, en este caso en Miami. La Justicia Venezolana lo señaló como imputado en los asesinatos del 11 de abril, en ocasión del intento de Golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.

Resumiendo, las giras de estos personajes por la región son frecuentes y por lo general patrocinadas por florecientes Centros de Estudios, Fundaciones y otras ONGs, que se multiplican año a año en nuestros países y que "abastecen" a políticos locales de propuestas políticas y "cuadros de gestión". En la Ciudad de Buenos Aires los conocemos muy bien.

Pero realmente, ¿Quiénes son estos tipos?

Los Giuliani, los Bratton, (¿Duran Barba?), etc. no son otra cosa que declarados "especialistas" que montados sobre sus "éxitos" locales se despliegan luego hacia el mundo entero para difundir, no ya políticas policíacas, etc., sino todo un modelo convivencia basado en valores como la violencia, el control social, el individualismo acérrimo y el desprecio por el prójimo.

Pretenden responder a la descomposición social que producen esos mismos valores exitistas y mezquinos, de la manera más perversa: castigando con palos y balas a los que no han desarrollado ese afán desenfrenado de enriquecerse a cualquier precio y que no se "adaptan a un entorno competitivo" que es "natural" al ser humano y "beneficioso para todos".

Llevan en su respuesta violenta la confirmación cínica de sus postulados: DEBE haber perdedores en la sociedad y estos DEBEN ser identificarlos y puestos como EJEMPLO para el resto.

¿Cómo es, entonces, que valores tan perversos y destructivos se difunden entre nosotros, crecen y se reproducen? Nadie podría aceptarlos tan descarnadamente expuestos.

Precisamente, la fuerza de este pensamiento liberal-reaccionario reside en su capacidad de presentar sus medias verdades y afirmaciones falaces con fuerza "axiomática". En lógica, un "axioma" es una proposición que no necesita ser probada, se toma como evidentemente verdadera y sirve para elaborar otras afirmaciones que se derivan de ella.

Las "construcciones" del discurso reaccionario se levantan sobre esos cimientos: La presentación de una "política de tolerancia cero" lleva implícita la afirmación mentirosa de que las otras políticas son "tolerantes" con el crimen. De esta manera, no afirma una propuesta propia y particular, sino que niega, engañando, cualquier alternativa posible.

En nuestro país ya conocemos mucho estos eslóganes; y a candidatos que están a favor de lo bueno y en contra de todo lo malo, porque le hace mal a la gente que solo quiere que le den soluciones, etcétera, etcétera y etcétera. La misma historia se repite en los países hermanos porque las recetas, los discursos y hasta los estilos vienen siempre de un mismo lugar: el Norte.

Pero hay un dato novedoso para nuestros "amigos americanos" que apenas intentan comprender. Los pueblos sudamericanos optamos ya desde hace tiempo por otro camino. Optamos por recomponer el daño que décadas de liberalismo económico y cultural le hizo a nuestras comunidades. Estamos reconstruyéndolas de a poco, colectivamente y con un esfuerzo  que nada tiene que ver con los valores egoístas que pretenden infiltrar entre nosotros desnaturalizándonos.

Hoy podemos decir que AQUÍ, el OTRO importa. Que el desvalido, es un HERMANO. Y que es un DEBER ayudarlo poniendo entre todos a la organización más grande que tenemos, el Estado, al servicio de su felicidad. Eso es honrar nuestra tradición popular y trabajamos diariamente para que algún día ese sea el único valor social compartido por todos.

Para resumir, y respondiéndole a "Rudy" y a su nuevo alumno Massa: AQUÍ, ya no nos preguntamos quién rompió la primer ventana, cómo hacemos para que no sigan rompiendo el resto o cómo echamos a los que se metieron dentro a hacer fuego.

Aquí, ya hace tiempo que dijimos BASTA y empezamos a preguntar: Pará... de ese edificio con ventanas rotas, QUIEN ES EL DUEÑO?.

Juan Manuel Domínguez Rotta
Octubre 2013.