sábado, 22 de septiembre de 2012

"América Latina está viviendo una coyuntura positiva para la clase trabajadora


@Blogosfera

Subimos la nota a 
João Pedro Stédile, miembro del MST brasileño, rescata la discusión regional en torno a los movimientos sociales y su vinculación con las herramientas partidarias de nuestro países.



En el pasado reciente, desde los tiempos de la dictadura y hasta el neoliberalismo, la clase dominante en el campo estaba controlada por los latifundistas atrasados. Y cada vez que hubo algunos conflictos laborales o la ocupación de tierras o intento de desalojar a antiguos trabajadores ocupantes, los terratenientes utilizaron la violencia física y pretendían eliminar a los dirigentes de los trabajadores. Para que tengamos una idea, de 1984 a 2004, ya en la democracia formal, fueron asesinados más de 1.600 líderes y sólo 80 personas culpables fueron a juicio. En la última década, la clase dominante en el campo se transformó y ahora quienes mandan son empresas transnacionales y hacendados modernos. El MST tiene el papel histórico de continuar organizando autónomamente a los pobres del campo, que luchan por la tierra, por trabajo, por mejorares condiciones de vida. Lamentablemente el agro-negocio, mancomunado con el poder económico, del que es socio importante, con los medios de comunicación, han creado la ilusión en la sociedad brasileña que la agro-negocio es la solución. Y ocultan que aumentan la productividad expulsando a miles de trabajadores, utilizando venenos en forma intensiva; ocultan también que han transformado a Brasil en el país que utiliza más venenos y que tiene los alimentos más ha contaminado del mundo. Y esto provoca cáncer en 400 mil personas por año en Brasil. Es decir, agro-negocio produce ganancias; produce, pero para media docena de hacendados y empresas transnacionales. Por otro lado, tenemos 4 millones de familias de campesinos, pobres, sin tierra, sin trabajo. Muchos viven en las periferias de las ciudades. Tenemos 10 millones de analfabetos en el interior del país. Tenemos 5 millones de familias que viven en el interior y ¡que dependen del ‘Bolsa Familia’ para comer! Entonces tenemos mucho trabajo por delante: organizar a los pobres en el campo. Es difícil, pero continuaremos nuestro trabajo incansablemente, hasta que la clase trabajadora en su conjunto se dé cuenta de los cambios necesarios en el país, y podamos debatir un nuevo proyecto de país, como lo hicimos, en las luchas sociales de la región del ABC, en la década del 79 al 89.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Para pensar y reinventar el espacio público Popular

El compa, @AleMareque  comienza esta entrega por capítulos de la colección "Para pensar  y reinventar el espacio público popular". 

Ese espacio vacío que dejó la debacle conservadora había desmembrado las experiencias colectivas. El potencial emergente del 2001 trajo nuevos debates en torno al espacio público, en torno a la pelea por la dignidad y la autovaloración comunitaria.


La ciudad es sobretodo el espacio público donde el poder se hace visible, 
donde la sociedad se fotografía, 
donde el simbolismo colectivo se materializa. La ciudad es un escenario, 
un espacio público que cuanto más abierto esté a todos, 
más expresará 
la democratización política y social.

Jürgen Habermas


Estas son reflexiones para poder discutir, charlar, ver con mirada de generalidad lo que todos usamos, vivimos a diario. Que pensamos cuando decimos espacio público?, Quien define cual es el espacio público?, Desde donde se respeta los límites del espacio público?

El espacio público existe para ser apropiado por la gente.  Desde la antigüedad, calles y plazas han sido el lugar del encuentro, el intercambio y la deliberación, del debate político.

Si consideramos  en el ámbito urbano el espacio público como el encuentro de la cultura urbana y de la ciudadanía; Las calles, las plazas, los parques, etc  son la materialización de la relación entre habitantes y sus distintas relaciones de poder ( algunos deciden que tu calle se como es y otros lo validamos usándola todos los días).

La ciudad como sistema de calles y plazas, infraestructuras de comunicación, zonas comerciales, equipamiento cultural  (es decir los diferentes lugares de apropiación de la gente que permiten acceso y encuentro dándole sentido a la ciudad)  se convierte en  la principal imagen de lo simbólico y político como ámbito físico de la expresión colectiva.

Esta expresión colectiva debería contemplar  el deseo de un  espacio público como  el encuentro  social posible y garantizar con igualdad para diferentes colectivos sociales, culturales y de género. Dentro del  sistema de la ciudad: los barrios cerrados, los cercos electrificados, la primacía del transporte individual, plazas enrejadas, la segregación poblacional no hace más que consolidar el ideario conservador con sus intereses y miedos retroalimentándose en la oposición a los cambios y la diversidad.  Así la ciudadanía transita el desinterés por lo público y se encierra, reflejando la estructura de sociedad que tenemos.

Sin embargo, unx laburante que no  tiene acceso individual a influencias de poderosos, o    de carísimos sistemas de vigilancia privada, se sostienen en la práctica comunitaria que puede potenciarse con la participación activa del estado. La falta de esa dinámica estatal potencia esa mirada negativa de los sectores privilegiados, en la certeza que la función del Estado no favorece los intereses populares.

No deberíamos dejar el desarrollo urbano a la libre competencia y a los valores ecónomicos del mercado. El rol del estado en la orientación de las políticas de diseño  y realización de espacios públicos resulta sustancial. No se trata de una cuestión técnica ni de un debate de urbanistas; es un debate de valores culturales: convivencia o aislamiento, justicia social o desigualdad, igualdad cívica o anomia. 

Con 30 años de democracia representativa, continua subsistiendo una estructura  autoritaria y segregatoria del espacio público que sólo será posible superarse con propuestas organizadas en torno a las necesidades populares para su definición y determinación.

La planificación del espacio urbano, especialmente del barrio como concepto cultural y territorial, entrega una dimensión que  puede resultar determinante a la hora de definir nuevas orientaciones. Sobre todo por el aprovechamiento del enorme capital social que existe, o su creación a través de políticas de fomento social. Es necesario ser concientes que el reto del espacio público es un desafío presente y que nunca podremos considerar que hemos ganado definitivamente.

jueves, 20 de septiembre de 2012

1955 Fusiladora - 1976 La Noche de los Lápices


 @NeiraClaudia nos trae la reflexión en torno a un nuevo 16 de septiembre. Intentando procesar las angustias de un pueblo que va pariendo un camino de luchas y resitencias.




El 16 de septiembre de 1955 una Argentina que por fin recorría el camino de su pueblo, que construía dignidad y justicia social, recibió un golpe implacable de quienes jamás se resignan a que los humildes puedan levantar la cabeza y apoderarse de lo que les corresponde. Ese día terrible se tabicó  el avance de un pueblo que construía su historia.

 Creyeron que bastaba con derrocar a Perón para que la Argentina vuelva a ser la de antes. Sin embargo el movimiento nacional y popular superó esa prueba, se sostuvo  con dificultades y siguió en pie, pasó épocas de resistencia y de avance pero sobrevivió en el aguinaldo, en la dignidad de las vacaciones, en el voto femenino, en la organización de los trabajadores…Y por sobre todas las cosas en el deseo de ser un país un poco más parecido a las mayorías tantas veces silenciadas.

Muchos años después, cientos de chicos y chicas estuvieron, por estos días,  recordando un hecho que ocurrió hace 36 años, Otro 16 de septiembre, de 1976.

Muchos tienen  entre 14 y 18 años, como los diez estudiantes secuestrados en esa noche siniestra.  Como ellos, pelean por el boleto estudiantil y participan en sus centros de estudiantes. También, como ellos, se sienten parte de la historia y la motorizan con una política que se hace carne en ellos casi sin que lo adviertan.

El 2001 es para muchos de ellos casi tan lejano como ese 16 de septiembre de 1976. Los 90, más lejanos aún, son una época que  -social y culturalmente- es ajena a la realidad que hoy viven,  Aunque se asome de vez en cuando, queriendo volver…golpeando cacerolas y gritando, pero sólo por un rato, porque la política no es parte de esas vidas: El colegio es para estudiar, el trabajo para trabajar y un día, un rato, nos juntamos a protestar.

En cambio, estos pibes y pibas movilizados desde diferentes identidades, ya entendieron que la política es parte de la vida, porque un país distinto se debe construir en cada ámbito: en el trabajo, en la universidad, en la casa, en la escuela, en el barrio, en las organizaciones en las que militan…

Para algunos, el puente con la política es el kirchnerismo, Para otros, otros tantos diferentes espacios que encontraron para luchar por sus ideas. Para todos ellos, los que militan y los que  se sienten interpelados por lo que pasa, la política es parte de su vida, pese a que una parte de la democracia se les cierre, a la hora de ir a votar.

Está claro que existe un hilo conductor entre esos dos oscuros días de nuestra historia: el odio de aquellos que en nombre de la República, de la defensa de una forma de vivir que supieron construir a su medida y no están dispuestos a cambiar, son capaces de los peores atropellos y la dignidad de un pueblo que se niega a resignar el sueño de un país más justo.

Es por esa dignidad, por ese sueño que por momentos parece estar más cercano y por momentos parece alejarse para no volver, que vale la pena entregar todo el esfuerzo de cada hora y cada día.  Muchos jóvenes lo entendieron y eso nos da esperanzas.

¿Qué Defensa?


@juantsx79 escribe en esta ocasión sobre la tensión entre diferentes miradas sobre el rumbo que debe tener la política de defensa en nuestro país ante los seminarios de formación yankis en el Ministerio de Defensa.

  Una vez más, noticias sobre las erráticas políticas en materia de Defensa ocupan los titulares de los diarios nacionales. Esta vez, tratándose de cursos y seminarios que siguen realizándose con la colaboración y supervisión de agencias norteamericanas.
           
      Hace apenas un par de meses, funcionarios del Ministerio de Defensa tuvieron que salir a explicar los alcances de un acuerdo bilateral firmado entre el gobierno provincial del Chaco con ni más ni menos que el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Este acuerdo se había firmado años antes para la construcción de instalaciones destinadas a la “asistencia en caso de emergencias humanitarias” dentro del predio de lo que es una de las pistas de aterrizaje mas largas del país, en el aeropuerto de la ciudad de Resistencia. Una potencial base de operaciones para el despliegue militar en caso de necesitarlo.

      El asombro fue enorme debido a un célebre antecedente que conectaba dos hechos insólitos: en febrero de 2011, el gobierno, mediante un acto de autoridad estatal que debe ser reconocido, detuvo en Ezeiza un avión militar de transporte norteamericano que pretendía ingresar armas, drogas y aparatos de inteligencia electrónica de manera ilegal. Un año después, el mismo Coronel del U.S. Army que pretendía introducir esa carga ilegal al país, participaba junto al Gobernador de la inauguración de este “centro de emergencias” que el Comando Sur le “obsequiaba” a la Provincia del Chaco.

      Aquellas armas, drogas y equipos para escuchas telefónicas, ingresaban al país en cumplimiento, según revelaron los funcionarios y militares norteamericanos, de acuerdos previos para la formación de unidades especiales de la Policía Federal firmados con autoridades nacionales desde varios años antes. Resultó ser lamentablemente cierto.

      Hoy, son los seminarios de formación los que están nuevamente en cuestión. Y otra vez el “Grupo Militar”, que fuera desalojado mediante un acuerdo de las oficinas que ocupara por mas de 30 años en el Ministerio de Defensa, se encuentra patrocinando acuerdos de formación y asistencia donde se le permiten.

      El Grupo Militar, que responde orgánicamente al Pentágono, también juega aquí su propio partido en la competencia cada vez más evidente por fijar los objetivos estratégicos de la política exterior estadounidenseentre entre la estructura militar norteamericana y el Departamento de Estado. Se trata de un juego peligroso, que hace dudar incluso de la solidez institucional del manejo de su aparato militar que Estados Unidos pretende inculcar exponiendo su modelo en estos seminarios de formación.

      Naturalmente, la incompatibilidad de los contenidos de esa formación con la legislación argentina vigente es un factor suficiente para que este tipo de convenios no tengan ya lugar. Pero la verdadera cuestión de fondo a resolver, con un liderazgo político claro y preciso en el área, son las “agendas” de problemas de “seguridad y defensa” que Estados Unidos le propone a “su” hemisferio, y la predisposición tan alegre, ora de un gobernador, ora de un funcionario nacional, de hacerlas propias.

      En el mismo sentido, no caben intentos de señalar líneas doctrinarias que no deben transgredirse, o de limitar la cooperación a cuestiones “técnicas”. El umbral de separación entre una capacidad técnica y la doctrina que le da sustento, es tan difuso como el que separa esa doctrina de los objetivos políticos de quien la traza. Esto es así, por lo menos desde aquella continuidad entre guerra y política señalada por Carl von Clausewitz hace exactamente 180 años.

      La inconsistencia es preocupante: ¿Cómo relacionar los cuestionamientos hechos en marzo de este año por la Cancillería sobre la vigencia y utilidad de un organismo como la Junta Interamericana de Defensa (OEA) con la realización de este tipo de seminarios que, tal como aquella y otras instancias institucionales anacrónicas, dictan la bajada de linea de las “nuevas amenazas” que pretenden legitimar los viejos intereses imperiales?

      No podemos seguir permitiéndonos el lujo, como país que ha promovido acertadamente grandes avances hacia la integración sudamericana, de seguir dando estos pasos en falso en un área tan importante, cuya naturaleza misma hace de la coherencia en el planeamiento y en la ejecución de las políticas, el requisito fundamental para la eficiencia en su propósito y la credibilidad de su orientación.

      Los acontecimientos a nivel mundial son elocuentes en cuanto al los cambios geopolíticos que nos tendrán como testigos en los próximos 20 años. Año tras año, vamos teniendo menos espacio y menos tiempo para por fin profundizar una verdadera opción estratégica hacia el fortalecimiento de la región, ya no solo en términos económicos y de desarrollo, sino también en una síntesis de objetivos geopolíticos comunes, claros e inequívocos.

      Sin dudas, estos objetivos deben encontrar en el proyecto político inconcluso de la Patria Grande y en un sentimiento común que consolide nuestra identidad de Sudamericanos, el sustento político y social para proyectar hacia el futuro una única “Defensa”, que no sea ninguna otra que la defensa de la libertad, la soberanía y la dignidad de nuestros pueblos frente a sus enemigos de siempre.

A propósito de las Tomas


@luuCancela es estudiante de 2º año del Lenguas Vivas, nos acerca esta reflexión poniendo en tensión algunas discusiones que desde los medios de comunicación vienen fogoneando para estigmatizar a los jovenes y sus formas organizativas.




Las tomas son un motivo de debate tanto en los jóvenes como en los grandes. Se pone en juego si la medida está bien o está mal, pero se dejan de lado los motivos de base por los cuales decenas de chicos luchan en conjunto.

Las tomas no son solo una medida de fuerza, con ellas vienen un resurgimiento de la lucha estudiantil, objetivos colectivos que se llevan a cabo mas allá de las distintas ideologías de los jóvenes,es todo esto lo que se deja de lado al estar los ojos puestos en juzgar la medida.

Se debería dejar -por un momento- en un segundo plano este debate arbitrario por sí o por no y ver las cosas buenas que traen consigo las tomas, y valorar ésta generación, qué, de mejor o peor manera,lucha por sus ideales y derechos, como lo es tomar una medida de fuerza en defensa de la educación pública de hoy y del futuro.


Papá, quiero que me cuentes

@CeciGreaves es estudiante secundaria, cursa segundo año del Colegio Lenguas Vivas y nos regala un cuento a propósito de conmemorarse un nuevo aniversario de la noche de los lápices.


-¡Papá, papá, contame de nuevo la historia!
-Ya está, hijo. Ya está.
-¡Pero por favor! Todavía no la entiendo muy bien. ¿Por qué estaban ahí?
-Porque pensábamos, hijo, y eso no se podía.- Mientras decía eso, se dio cuenta que no podía dejar de contar la historia. Más allá del dolor y del cansancio siempre que hubiera lugar para recordarla debía hacerlo, porque el olvido repite. Entonces le dijo:- Está bien, te la voy a contar de nuevo, pero prometeme que no me vas a interrumpir.
-Bueno.